Luces de neón y estrellas fugaces

Hace no mucho me preguntaron que si, ante la posibilidad de elegir, me decantaría por las estrellas o de las luces de neón. Supuse que debía elegir en base a una experiencia vivida en primera persona, pero debido a su inexistencia me puse en una hipotética.
Por una parte, las luces de neón, representando las noches fugaces de la ciudad, son ciertamente apasionantes. Parecen ser una señal que proporcionaría respuesta a todas mis preguntas. Estas me despertarían sin esfuerzo en el camino a casa tras un largo día de trabajo. La música de mis auriculares me haría sentir que las luces brillaban para mí y sus reflejos en las ventanas de los coches terminarían por envolverme generando una nueva zona de confort. Allí donde fuese una vez pasadas esas noches en las calles de neón me haría querer volver a ellas. Las lámparas de la sección de iluminación de Ikea nunca más alcanzarían mis expectativas, y aquel pub ambientado en el siglo pasado ya no me haría sentir igual. Mis búsquedas de Pinterest estarían únicamente dedicadas a estas maravillosas luces que terminarían por alumbrar mis días al completo. Nunca más cogería un bus, preferiría recorrer el laberinto de estas luces una y otra vez para observar con detenimiento cada uno de sus signos y palabras hasta quedar completa e irremediablemente ciega. No podría evitar hablar a la gente de lo asombroso que tiene la ciudad, las oportunidades y magia propia que otorga, pero sin avisar de las luces de neón: querría que las descubriesen por ellxs mismxs. Cada noche me acostaría tras haber estado asomada al balcón despidiéndome de las luces por ese día, para despertar horas más tarde impaciente por el momento de encendido (las 9:30 en verano y las 6:30 en invierno). Mi perspectiva de cada día habría cambiado gracias a estas, y nunca querría volver atrás ni cambiar mi forma de vida.
Sin embargo, una noche de cada tantas, separaría la vista de las luces de neón para echarla al cielo. Se podrían apreciar una o dos estrellas fugaces pasar. Las grandes olvidadas. Sonreiría y marcharía a la cama a dormir. Me seguirían recordando a ti.
